El proyecto utiliza fragmentos del periódico vespertino de Santa Cruz «La Tarde» del 5 de agosto de 1972. El pasado, ya enviado al archivo, a la basura, se convierte en presente, adquiere un nuevo significado en un nuevo tiempo. Hay debates sobre la conveniencia de construir el aeropuerto sur, una página religiosa, entretenimiento, un elegante anuncio a toda página de cigarrillos Roy —8 pesetas el paquete—; ahora ya no se hace así, y además ya no hay pesetas. Teléfonos de la redacción: 24-23-77, 24-23-78, 24-23-79: hoy en día, todo esto no es más que una secuencia de signos cuyo significado ha desaparecido casi por completo.
Algunas obras tienen sobreimpresiones tipográficas realizadas con equipos y tecnología correspondientes a la fecha de publicación del número de «La Tarde». Incluso existe una muy pequeña posibilidad de que para imprimir el número original se utilizaran los mismos tipos tipográficos que para las sobreimpresiones. El texto compuesto con estas letras ya no tiene sentido, pero las letras siguen siendo tan bonitas como hace 53 años: la estética vence al texto informativo, lo somete a sus intereses, porque la belleza no está sujeta al tiempo.